¿LA CONFLICTIVIDAD SINDICAL DE TÉLAM IMPIDE EL DIÁLOGO?
Con Majul: “Durante todo este tiempo, durante dos años y medio, hubo más de 61 paros en la empresa, lo que quiere decir que esa militancia que había adentro de la empresa, esta idea de “resistiendo con aguante” siguió funcionando”.
Con Castro: “En una empresa que en estos dos años y medio pagó los sueldos como corresponde, tuvo todos los aumentos que marcó la ley, tuvimos en esa agencia, que fue también un núcleo de “Resistiendo con aguante”, 61 medidas de fuerza tomadas por 44 delegados. 44 delegados en una empresa de 900 personas cuando la ley marcaría 10, 61 medidas de fuerza”.
“Todos esos casos obviamente van a ser, son conversados permanentemente, pero no se olvide que es una empresa con 44 delegados que bloquearon permanentemente cualquier diálogo (...) En una situación de amenazas y violencia extrema por parte de este grupo de delegados”.
Con Lanata: “En 900 personas hay 44 dirigentes sindicales cuando tendría que haber menos de 15. Impulsaron 61 medidas de fuerza. Los funcionarios tenemos que actuar con responsabilidad”.
Aquí hay una información falsa y otra engañosa: la falsa es la cantidad de delegados. Si se toman las dos representaciones aceptadas por Télam y se cuentan los delegados titulares (como se debe hacer la cuenta) son 20, a razón de 9 por Sitrapren y 11 por Sipreba. El número no es antojadizo, sino el que marca el artículo 40 de la Ley 23551. En tanto, es engañoso hablar de “61 medidas de fuerza”. Allí engloba desde un paro efectivo de actividades, ceses de tareas por horas y hasta “aplausazos” o “ruidazos” por los pisos. De ninguna manera existieron “61 paros” en dos años y medio como manifestó en la entrevista con Majul.
Otro concepto que Lombardi elige olvidar es que los trabajadores están amparados por la Constitución Nacional y de ninguna manera pueden ser despedidos por ejercer su derecho a huelga.
Finalmente, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos afirmó a Nelson Castro que el diálogo con los trabajadores de Télam en el contexto de una oleada masiva de despidos está obturado por las “amenazas y violencia extrema” de los delegados gremiales. Lombardi miente o desconoce la realidad de la agencia, en cuyo caso debe saber que está invitado a concurrir a cualquiera de las dos sedes. Si decide hacerlo, en lugar de comunicar su posición a través de entrevistas radiales, tanto él como los directivos de Télam descubrirán que la masa de trabajadores de Télam, despedidos o no, permanece en sus lugares habituales de tareas ansiosa de que se le brinden explicaciones y se abra una mesa de diálogo. En Télam no hay barricadas, no hay atrincheramientos ni ingresos vedados. Son los directivos y empleados de jerarquía los que se ausentaron desde la llegada del primer telegrama de despido para no tener que enfrentar el justo reclamo de los trabajadores.